Su hija, y actual directora del Cuarteto “Pirincho”, así lo manifestó al diario La Nación en oportunidad de la querella por plagio por el tango Madreselva, compuesto en 1931 por Francisco Canaro y Luis César Amadori.
El plagio contra Luis Bacalov radica en que Canaro no figura en los créditos de “Il Postino” (El Cartero), que fuera premiada con el Oscar de la Academia de Hollywood en 1996, cuando la banda sonora de la película que narra la vida del poeta Pablo Neruda en el exilio utilizara diversos pasajes del citado tango.
En entrevista concedida al referido medio en el año 2000, Rafaela Canaro manifestó:
«No son sólo unos acordes perdidos en la película. La música de papá es el leitmotiv del film. Para mí fue un orgullo tremendo que la Academia eligiera a Madreselva. Si se hubiese reconocido a mi padre, sería el único argentino socio de SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores) galardonado con el máximo premio de la música mundial».
¡Tomá pa'vos y pa' tu tía Gregoria!
El rotativo se cuida muy bien de no contradecir los dichos de la Rafaela, estampando al pie de la nota que «Canaro nació el 26 de noviembre de 1888 y falleció el 14 de diciembre de 1964», omitiendo muy convenientemente el hecho de que Francisco Canarozzo, el "Pirincho" Canaro, nació en la ciudad de San José de Mayo, República Oriental del Uruguay.
Rafaela contó que hacía tan sólo unos días había estado en SADAIC con el entonces Presidente de la Nación Argentina, Dr. Fernando de la Rúa, y reveló una curiosidad: el Presidente le confió que estaba leyendo una biografía de Canaro. A lo mejor también debería leerla ella.
Reflexión
En realidad no somos nada.
Somos un país chiquitito, lleno de gente que supo alcanzar la popularidad gracias a un país rico y grandote con quienes nos solemos llamar hermanos. Pero de manera increíble provocamos un sentimiento extraño en nuestros hermanos mayores, mezcla de envidia y bronca, queriéndose apropiar injusta e innecesariamente de lo poquito que tenemos, que es un puñado de artistas que engrandecieron un género musical amado por todos.
Pero en vez de enorgullecerse por su natural poderío, dado no solamente por su tamaño geográfico sino por la valía de sus propios exponentes, se regocijan en envenenarse con su propia mentira vana.
¡La verdad que no los entiendo a Uds., muchachos! Por un lado son un pueblo que tiene la camiseta puesta contra viento y marea, y que defiende y pelea por lo suyo de una manera por demás admirable, pero por el otro se rebajan al punto de no querer aceptar que los demás también tienen cualidades dignas de destaque, y que ha querido el destino (¿no se han puesto a pensar que por algo fue?) que algunos artistas hayan nacido de este lado del río y que, sin embargo, alcanzaron el éxito y la fama del otro lado, en la grande y bella Buenos Aires.
Estoy seguro de que no se ponen a pensar que gracias a la Argentina y a su potencial, el tango está donde está, antes de escribir anónimamente un comentario como“Uruguayo de mierda, el tango es argentino te guste o no” en una de las páginas de este sitio y "El tango es ARGENTINO" en varias estériles discusiones en Youtube.
Pero también estoy seguro de que no todos son así, y lo resalto. Porque todo parece indicar que el tango nació 25 años antes en Argentina que en Uruguay y yo lo tengo claro, tan claro como que nunca habrá nadie podido leer en nuestro sitio que proclamamos más que un aporte, un enorme aporte, eso sí, al tango.
Lo que sucede es que uno se cansa, ¿vio? Porque casualmente la gran mayoría que componen esos que no son así, no está compuesta por los que aparecen públicamente a decir que son uruguayos Canaro, Julio Sosa, los Gobbis, Nina Miranda, Gerardo Mattos Rodríguez, Horacio “Pintín” Castellanos, Alberto Mastra, Carlos Roldán, y tantos otros... No, no son ellos. Son los que integran la minoría de exacerbados soberbios los que llenan los espacios sembrando la discordia.
El 1ro. de diciembre de 2010, la Sra. Rafaela Canaro fue ungida como Académica Titular de la Academia Nacional del Tango de la República Argentina en Plenario Privado.
Una pena no nos hayamos enterado antes, para hacerle llegar nuestras más sinceras felicitaciones.
