miércoles, 18 de julio de 2007

En Uruguay estamos todos locos

Esta entrada debería haberse publicado el 18 de julio, pero por un error en la interpretación de los robots anti-spam de blogger mi blog fue bloqueado y quedó para atrás. Igualmente, la situación que se describe, no ha cambiado.

No tengo idea de lo que esté sucediendo en el interior de nuestro país, pero no cabe ninguna duda de que la situación que se está viviendo en la capital ha pasado de ser preocupante a desesperante.

En una fecha, históricamente la más importante, nos encontramos con un acto en donde el mismísimo Presidente de la República no está presente, el Vicepresidente enfrenta a la prensa dando explicaciones acerca de la intención de unificar todos los feriados nacionales en la fecha del natalicio de Artigas, y podemos apreciar cómo la Sra. Ministra del Interior se quita los lentes en su discurso para dar énfasis, con una profundidad dramática digna de la Comedia Nacional, a un "¡Viva la Patria!" propio de quienes sí se enfrentaban con los enemigos para forjarla.

En un país al revés, donde los enemigos no son externos sino internos, donde por enésima vez, la salida del Interbailable (a pocos metros del Palacio Legislativo) es un caos que provoca destrucción y robos por parte de menores que no tienen la más mínima idea de la diferencia entre el bien y el mal, nuestra clase política, desde lo alto de sus atriles, apela a la emoción patriótica.

En un Uruguay que desconozco, donde los padres asesinan brutalmente a sus hijos, la Justicia procesa con prisión a un conductor de un ómnibus porque un peatón se arrojó debajo de sus ruedas, contradiciendo la declaración de testigos y el informe de Policía Técnica, discutimos por un quítame allá esas pajas.

En un inconcebiblemente independiente Uruguay, la ayuda a nuestras escuelas no proviene de Educación Primaria sino del exterior, y sus cuidado se mantiene en muchos casos por el aporte dado por los padres a las respectivas Comisiones de Fomento, mientras tironeamos acerca de un punto porcentual más al presupuesto educativo.

Sres. políticos: la patria ya está forjada. Recordemos, sí. Conmemoremos, sí. Pero no dejemos de pensar en que hay que levantarse de nuestros cómodos almohadones y hacer que este país avance, y que eso pasa por una capacitada, tecnificada, culta, entrenada y dignamente paga Policía, que no se vea defraudada por un sistema de Justicia que libera a los delincuentes y encierra a los ciudadanos, en mugrosas comisarías o dentro de sus propias casas. El resto del mundo está transitando por otros caminos.

Sres dirigentes: Maracaná ya fue. Recordemos, sí, Homenajeemos, sí. Pero no quitemos la vista de los objetivos, y sabiendo que el fútbol es un negocio como cualquier otro, pensemos que cuantos más campeonatos mundiales se ganen más valen nuestros jugadores. El resto del mundo hace rato que la tiene clara.

Sres. empresarios: hay que arremangarse junto con sus obreros y empleados. El capital que más importancia tiene en cualquier organización es el capital humano, el capital pensante, el capital que pone su fuerza, el que no se pierde su valor por más subas y bajas que tengan los mercados, el que trabaja con el mismo ahínco así coma bola de lomo, tallarines con salsa, o arroz con manteca y queso. El resto del mundo, desde siempre lo supo.

A no quejarnos después, si no le damos la suficiente pelota a lo social.

Dejémonos de mirar nuestro propio ombligo y comencemos a desayunémonos de que esto o lo levantamos entre todos o nos hundimos todos juntos.

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