jueves, 16 de agosto de 2007

Maradona Gardel y Pelé

Me pregunto qué hubiera sucedido si los acontecimientos no se hubieran dado en la forma en como lo hicieron.

Para escribir en “Lo no tan bueno de Uruguay”, parte del nombre de este blog, hay que pensar que es una joda que Uruguay sea Uruguay, país independiente, en vez de una Provincia de la República Argentina.

Hace tiempo que pienso que no tiene goyete que gente tan integrada tenga un pasaporte diferente.

Vamos a hablar de las similitudes y no de las diferencias con nuestros hermanos argentinos, y concentrémonos exclusivamente en los aspectos que nos enaltecen como pueblos dejando de lado las peculiaridades individuales que han dado lugar a una saga interminable de chistes xenófobos, y de lamentables sucesos políticos que es mejor ni recordar.

Busquémosle el lado bueno.

La instalación de Botnia no hubiera acarreado ningún problema, ya que no habría Tratado del Río Uruguay, y la discusión por la nacionalidad de Gardel ni siquiera se hubiera iniciado.

No dudo que se hablaría de tango porteño y tango oriental pero con la misma intrascendencia con la que hablamos de bife de chorizo y chivito al plato.

De no habernos separado de la Argentina aún seríamos la Banda Oriental, formaríamos parte de una potencia económica reconocida, no habría contrabando, y cruzar el charco no conllevaría más derivación que la que tiene pasar desde Durazno a Tacuarembó.

Pero no... ¡tuvimos que separarnos!... (¡¡Unos vivos nosotros!!) Y ahí empezaron las discusiones, las desavenencias y los altercados entre argentinos y uruguayos.

¡Porque parece que los ellos estaban encariñados con nosotros!... Y como mujer despechada ahora no dejan pasar oportunidad para darnos por la cabeza aferrándose a un nacionalismo casi enfermizo.

Enfatizo que no son todos. Pero resalto que, según opiniones muy generalizadas, es mayor la no aceptación de la personalidad argentina por parte de los uruguayos que viceversa, a lo que puedo agregar a título personal, que todo radica en la manera empecinada que han tenido en pretender demostrar una supremacía que, de hecho, ya tienen.

Es como un complejo de inferioridad, mire, ¿qué quiere que le diga? Lo tienen todo, un país rico, una diversidad cultural impresionante, con los problemas sociales de toda Latinoamérica pero no llevados a los extremos, un fútbol que nos ha hundido en las profundidades de la historia, y un tango que es modelo de excelencia mundial.

Con todo lo que tienen... ¡no les alcanza!

Y no les alcanza. Y no les alcanza. Cuando en Brasil tienen que decir que alguien es un genio, dicen que es Pelé... Ellos dicen que son Maradona y nadie se los puede quitar. ¿A qué más? Ellos tienen a su genio, lo adoran y me parece perfecto, y no tienen necesidad de importar un ídolo.

Los uruguayos decimos que somos Gardel... ¡y ahí sí tenemos quién nos discuta! Volvamos a pensar que si no nos hubiéramos separado podríamos decir que éramos Maradona y Gardel, y entonces seríamos mejores que los brazucas, pero dejala por ésa, porque el asunto es que nos separamos.

Y en la división de bienes, quedó ese huérfano de nacionalidad que hace que vivamos revolviendo documentos ajados en busca de la tan ansiada como casi seguro inexistente prueba definitoria.

Pero no termina ahí.

Porque, como no les alcanza, y están tan doloridos por tener que reconocer que, aunque El Mago hubiera cantado “Mi Buenos Aires querido”, no nació en Argentina, se empecinan en decir que lo que nació ahí fue el tango. ¡Y todo porque al divismo de Carlitos le encantaba manejar la incertidumbre!

Una mentira repetida mil veces, se convierte en verdad... para los que no investigan. Pueden elegir no leer, pueden taparse los oídos para no escuchar o pueden apretar un vínculo por allí arriba y pelarse para otro blog. A mí no me interesa, porque la verdad existe para quien quiera encontrarla.

Es así, macho... ¡no hay otra!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Las pruebas de la infamia
las traigo en la maleta
las trenzas de mi china
y el corazón de él."

Pachorro: ¿qué le puedo decir? ¡Usted es Gardel! Cada día escribe mejor, y en ese mejor entra el concepto de más atinadamente.
Concuerdo plenamente con lo que dice, y es muy triste que con semejante país con todos los climas, con tanta riqueza, con tanta cultura, tengan que apropiarse (creyendo que impunemente, porque siempre hay un ojo que te ve y no solo es el de Dios) de lo que no es suyo.
Hay un señor, muy oriental por cierto, que escribió una milonga. Una hermosísima milonga llamada "Como un jazmín del país". Pero no solo eso escribió ese oriental, quien proviene como Carlitos del "país de la cina cina". Tiene muchos libros de poesía, mucha crítica literaria publicada y 77 pirulos encima, cumplidos en marzo. Pues bien, un día, buscando en internet, ¿qué encuentro, oh, sorpresa? QUE "COMO UN JAZMÍN DEL PAÍS" FIGURABA EN DOS WEBS ARGENTINAS CON OTROS NOMBRES EN LETRA Y MÚSICA Y COMO PERTENECIENTE AL FOLKLORE ARGENTINO.
Entonces yo pregunto a los hermanos argentinos: ¿saben quíénes son Washington y Carlos Benavides? Y sobre todo: ¿saben quién era Aparicio Saravia?
¿Ahora resulta que también nuestra historia exclusivísima, las divisas, Saravia y Batlle también son argentinos?
Cuando le escribí al webmaster de una de las páginas y le aporté toda la información y pruebas y le ofrecí contactarlo con el autor, ya que era mi profesor en la facultad, contestó lacónicamente que no sabía nada y que tendría que ponerla en un sitio aparte porque era preciosa la canción y que debería excluirla del folklore argentino.
Yo no sé qué medidas tomó "el Bocha" (seguro que ni eso saben, que al profesor Washington Benavides le dicen el Bocha desde siempre), pero esta´en todo su derecho a defenderse en forma legal, porque fue plagio, lo mismo que la música de la milonga de marras, que es de su sobrino Carlitos Benavides. Hablar además de que esa canción forma parte de la música de uno de los partidos políticos de nuestro país, aunque no cuente con su autor en sus filas, lo dice todo. Sinceramente, yo no los comprendo. Tengo amigos en Argentina, algunos porteños, otros de provincia. Estudio actualmente con dos profesoras argentinas, de muchísimo talento. Pero sigo sin entender porqué les molestamos tanto, si - según parece - no valemos dos cobres...
No voy a recordar la cantidad de talentos uruguayos que por razones laborales viven en Argentina y lo agradecen permaentemente. Tampoco voy a recordar que en ningún momento han renegado de su condición de orientales. Es más, la han afirmado y paseado por el mundo. Compartimos muchísima historia, y ha sido tradicional que cuando "las papas quemaban" acá nos fuéramos para allá y viceversa. Es como si fuéremos un hermanito menor que tiene talentos propios y que el grande tiene miedo y celos de que le quite el puesto. ¿Puesto de qué, digo yo, si nosotros a su lado a nivel geopolítico somos un grano de arroz? Pero a nivel cultural, ahí si que podemos dar algún dolor de cabeza que otro, porque seremos chicos, pero no somos tontos.
Es curioso: yo misma estoy agradecida a la Argentina. Allí tengo algo publicado y tengo también mis motivos para no haberlo hecho acá. Pero fue mi tercera publicación, no la primera, las dos primeras fueron más lejos... En vez de compartir los bueno y tratar de superar lo malo, en vez de aliarnos como en las Invasiones Inglesas, no, tenemos que llegar al enojo porque una cosa es una broma puntual y muy otra que nos "agarren de punto" siempre.
Y en cuanto a las pruebas de que Gardel era uruguayo, sí existen, Pachorro: están en sus restos, pero no se permite hacer ADN. Recuerde que comprobar que era oriental nomás, sería "la prueba de la infamia..."
Un abrazo tanguero.
La profe.

Unknown dijo...

¡Jajajj!, me vas a matar, pero yo lo que quiero saber es: "goyete/gollete" se usa a secas, sin el "no tener"? ;-P

Ya ves, cada loco con su obsesión...